Cómo mitigar la postergación (Parte 1)

Consejos útiles para disminuir la sensación de no resolver los temas y tareas pendientes

Estas por comenzar un reporte de estado de tu proyecto que tienes que entregar en 1 semana, sabes que te toma algunas horas pero buscas el mejor momento para realizarlo porque no estás de humor, así que lo dejas para mañana. El siguiente día estás sentado listo para comenzar y te acuerdas que debes entregar tu formato de gastos del último viaje que ya tienes atrasado. Si faltan 3 días para presentar el reporte del proyecto, no pasa nada si lo programas para el siguiente día. Así sigue pasando el tiempo y por fin llega el día de entrega del reporte y a unas horas de su revisión aún no lo tienes listo. Haces lo que puedes para terminarlo con varias omisiones y detalles que estás seguro no hubieran pasado si le hubieras dedicado el tiempo necesario… cuando tenías tiempo.

Esto es un claro ejemplo de lo que es Postergar o lo que algunos llaman más propiamente Procrastinar o Procastinar. La palabra viene del latín “pro” adelante y “castinus”, que se refiere al futuro. Es algo que a todos nos sucede, que se convierte en problema cuando es un comportamiento recurrente de nuestra persona. Para que no te sientas mal, de acuerdo con reporte índigo el 20% de la población mundial sufre de este mal de manera crónica. Por ello es importante que lo podamos identificar, y sobre todo concientizar para lograr librarnos de las cadenas de la falta de resultados.

  • Caso 1: Simplemente no estás bien organizado. Bajo esta categoría puede ser que siempre tienes tantas cosas que hacer que al final no terminas las que tenías planeadas porque no está claro cuál es el conjunto de actividades que desea realizar, su prioridad y menos una estimación realista del tiempo que podría tomarte en ejecutarlas.
  • Caso 2: No tienes la disposición o actitud para realizar la tarea, porque simplemente no te gusta. Este es un caso típico en el que siempre se busca una excusa para reemplazar una actividad pendiente dado que al final es un martirio realizarla. Muchas veces somos poco honestos al pensar que siempre hay algo más importante que realizar.
  • Caso 3: Es una tarea tan compleja y laboriosa que no sabe por dónde comenzar. Esta se presenta cuando la tarea tiene muchas acciones o subtareas que realizar, te toma más de 1 día en ejecutarlas y no sabes por dónde “comerte al elefante”. Este es un problema muy común y es síntoma de falta de organización del trabajo.
  • Caso 4: No tiene las aptitudes para realizar la tarea. Definitivamente el que te sean asignadas actividades para lo cual no eres competente siempre generará un temor y ruptura en tu proceso de decisión para ejecutarla.
  • Caso 5: No tienes clara la importancia que tiene esta tarea en el conjunto de actividades. Esto tiene mucho que ver con el proceso de organización y definición de prioridades de acuerdo con el impacto que tiene en tu trabajo o vida personal. Si no tienes claro cuáles son tus objetivos, el estar siempre ocupado no importando en qué, podría ser una especie de justificación que tranquilice temporalmente tu necesidad de organización… Al fin y al cabo todas son igualmente importantes, ¿No es así?

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